¿QUÉ SOMOS: IMBÉCILOS E IMBÉCILAS?

No sé quien fue el listo (o la lista) a quien se le ocurrió eso de hablar de forma políticamente correcta y que siempre se distinga entre ellos y ellas, entre ciudadanos y ciudadanas, compañeros y compañeras, etc… Pero, me parece que ya hemos llegado al extremo del más absoluto patetismo. Ayer escuché por una cadena de televisión (no digo el nombre porque cualquiera sirve. Todas hacen lo mismo…) que decía: «Los esquiadores y las esquiadoras que…». Parece ser que si sólo decían los esquiadores, significaba que als esquiadoras no entraban.
La explicación más sensata parece que apunta a que los que escriben los discursos, las noticias o cualquier nota dirigida a la gente han perdido los papeles, el norte y todo lo que se puede perder, olvidando aquella lengua que estudiamos en el colegio y que nos decían que tenía una gramática y unas normas. Y que conste que no es patrimonio exclusivo de los castellano parlantes, sino que los catalano parlantes también se han apuntado a la moda por aquello de marica el último.
De manera que la Real Academia Española (RAE para los amigos) deberá replantearse la vida y establecer nuevas normas.
Desde estas páginas se le sugiere dos caminos alternativos.
Primer camino, podemos poner género a todo:
Ya no habrá sólo gente, sino gentos y gentas.
Ya no habrá sólo idiotas, sino idiotos e idiotas.
Ya no habrá sólo votantes, sino votantos y votantas.
Ya no habrá sólo imbéciles, sino imbécilos e imbécilas.
Ya no habrá sólo parlantes, sino parlantos y parlantas.
Y así hasta el infinito.
O, segundo camino, podemos eliminar todos los géneros:
Hombre y mujer desaparecen y se convierten en homjer.
Los y las desaparecen y se convierten en les.
Compañero y compañera pasan a ser compeñeres.
Amigos y amigas se fusionan en amigues.
Esquiadores y esquiadoras, para que nadie se queje, se convierte en esquiadoris.
Y así hasta que nos cansemos o no nos entendamos.

Sin embargo, una vez estudiado el tema a fondo, se ha descubierto que semejante moda tiene una explicación y un trasfondo económico. Una vez estalló la crisis un inteligente y sesudo economista hizo un cálculo aproximado de lo que representaría duplicar las palabras a base de utilizar el masculino y el femenino y llegó a conclusiones muy interesantes.
Veamos el resultado (escrito en el nuevo lenguaje extensible):
1.- El tiempo que se tarda en dar las noticias (o los noticios) se ha alargado un 10%, pero como el locutor (o locutora) cobra lo mismo que antes, el precio (o la precia) del minuto (o la minuta) televisivo (o televisiva) y radiofónico (o radiofónica) ha descendido ese 10%, lo que traduce la medida ( o el medido) en un ahorro (o ahorra) económico (o económica) importante (o importanto o importanta), muy en la línea (o en el líneo) de austeridad. No tendrán que cerrarse emisoras (o emisoros) de televisión ni de radio.
2.- El papel utilizado para escribir discursos (o discursas), hacer informes (o informos o informas) y demás ha aumentado un 5%, medida (o medido) que se quiere hacer extensiva a la literatura (o literaturo). Si se consigue ese segundo (o segunda) punto (o punta), los impresores (e impresoras) verán incrementado su trabajo (o trabaja), podrán subir el precio (o precia) de los libros (o libras)y su economía mejorará. Los distribuidores (y distribuidoras), los impresores (e impresoras), los editores (y editoras), los vendedores (y vendedoras), los libreros (y libreras) verán sus negocios (o negocias) florecer de nuevo.
3.- Los niños ( y las niñas) que van al colegio (y a las colegias) comprobarán que sus capacidades (o capacidados o capacidadas) se incrementan notablemente, puesto que el esfuerzo (o esfuerza) en recordar y añadir masculino y femenino a todo (o toda) consigue que su cerebro (o cerebra) funcione mucho más.
4.- Las conversaciones se alargarán un 30% de su tiempo, con lo que no quedará para pensar en muchas cosas y el gobierno estará mucho más tranquilo.

Uf! Estoy cansado (o mejor cansade).

En fin! Con este artículo (o artícula) me sumo a los que han levnatado su voz (o voza) en favor de la lógica y en contra de las modas (o los modos) absurdos (o absurdas) que pretenden implantar los políticos (o políticas). De manera que abre los ojos (o las ojas) y despierta.


4 Comments

  1. Francisco Rueda

    +1 y porque no te puedo dar +1,000.000. Por cierto, la tontería viene de antes de la crisis y se ha contagiado a allende los océanos; después de 8 años viviendo en Méjico puedo atestiguarlo.

  2. Bones Sr. Salvadó,

    Com a dona educada en un món masclista, no m’he sentit mai exclosa quan a una sala de conferències la persona que parlava s’adreçava al públic en masculí.

    Quan vaig començar a sentir això del llenguatge sexista, també em semblà una grandíssima pèrdua de temps. Però vaig fer l’experiment de formular una xerrada a un grup de gent mixte en femení i resultà que els homes de la sala es van sentir incòmodes i exclosos, com si allò no els hi estigués dient amb ells. El més estrany és que jo mateixa em sentia incòmoda i tot i que la majoria eren dones, jo sentia que allò em suposava un esforç extra.

    Quan vaig acabar, un lingüista es va adreçar a mi i em va dir que si estava fent l’enorme estupidesa aquesta del llenguatge, que les normes no tenien res a veure amb l’exclusió de cap persona i blablablablabla.

    Mirin senyors i m’adreço a senyors, doncs veig només el seu comentari i el comentari del Sr. Rueda, el llenguatge és viu, es transforma i s’ha d’adaptar a la realitat. Té una capacitat transformadora molt important i jo vull una societat amb igualtat d’oportunitats, on una dona pugui ser enginyera, pilotar un avió o ser una dona pública sense que això impliqui prostituir-se.

    Així que si haig de forçar l’idioma a fer composicions una mica rocambolesques per a que totes les persones prenguin consciència de la quantitat d’exclusions que patim homes i dones degut a l’herència masclista i patriarcal, ho seguiré fent fins que:

    – deixi de sentir dir-li als nens (masculí) que els homes no ploren i que no juguen amb nines ni es maquillen ni es posen les sabates de la mama.

    – no deixi de veure com moltes dones són tractades i es deixen tractar com a objectes sexuals i decoratius.

    – la societat no deixi de considerar a camioneres o paletes o executives o jutgesses amb adjectius pejoratius i masclistes.

    i ja paro. Passejava per aquí per un altre tema i se m’està fent llarga la resposta…

    • Gràcies pel vostre comentari, Cris.
      He assistit a alguna conferència on la conferenciant era una dona i la major part dels oients eren dones i no m’he sentit pas malament. I, mireu per on, acabo d’emprar una paraula que em va d’allò més bé: «oient». Mai no se m’acudiria dir «oienta» per determinar que es tracta d’una dona. Motiu: oient és la persona que escolta i no té gènere. Igual que passa amb president, que és la persona que presideix. «Presidenta» és absurda. Entenc perfectament el que voleu dir i m’hi adhereixo, però és que ara el llenguatge ja s’ha portat a l’extrem de l’absurditat. Jutge és la persona que jutja i el càrrec no porta gènere. De manera que oienta, presidenta, jutja o jutgesa (que queda més fi) i un llarg etcètera em semblen fora de lloc i més propers a un oportunisme electoral que no pas a una evolució del llenguatge. Allò que hauria d’evolucionar, si em permeteu, és la manera de pensar, la cultura i l’educació, perquè molts dels que utilitzen aquesta plataforma per obtenir vots, ja us ben asseguro que se’ls en «refot» la igualtat de sexes. I ho dic perquè jo també he estat a cuina i sé quins ingredient porta cada plat.
      Torno a repetir: infinites gràcies per aportar un comentari tan interessant.

  3. Roberto Gómez García

    Si, es chocante;pero si somos demasiado estrictos con el lenguaje estaríamos hablando arameo, latín o griego.

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